La economía mexicana coquetea peligrosamente con la recesión.
El PIB mexicano acumuló una pérdida de 0,4% interanual entre julio y septiembre, un abrupto descenso que ya es el segundo consecutivo —tras el del segundo trimestre de este año— desde la crisis financiera global.
El crecimiento, aunque siempre por debajo de su potencial como economía emergente, empieza a tornarse en una atonía preocupante para un país que necesita del dinamismo para sacar a millones de personas de la pobreza.
En relación con el trimestre precedente (mayo a junio), la economía mexicana registró un mínimo crecimiento del 0,1%, mientras en los nueve primeros meses del año, el país norteamericano registró una evolución neutra (0%) que preocupa cada vez más analistas, acostrumbrados ya a recortar las previsiones para el gigante latinoamericano.
México esquivó por poco la recesión en julio y enfrenta, de cara a fin de año, un pronóstico poco alentador